miércoles, 4 de noviembre de 2009

ENTREVISTA: LA MUSICA DE DIEGO LUZURIAGA

Quito. 15.12.92. -Diego Luzuriaga, compositor (Loja, 1955).
Es uno de nuestros máximos representantes en el campo de la
composición musical.

Sus composiciones -innovadoras, extrañas- causan siempre algún
tipo de reacción en el público.

-Con una gran formación (Conservatorio Nacional de Música de
Quito, Conservatorio Nacional de París, Universidad de
Columbia), actualmente enseña en el departamento de música de
la Universidad de Columbia en New York.

-¿POR QUE TANTA REFERENCIA "EXTRAMUSICALE" EN TU MUSICA?

Varias personas me han dicho que en mis últimas composiciones
de música instrumental, más que melodías y armonías se
escuchan pájaros, insectos y otros ruidos de la naturaleza
Hasta hace poco este tipo de comentarios me parecía
insustancial, peyorativo, pero ahora pienso que tal vez sea
normal y lógico de que tales elementos aparezcan en mi música.


-¿DEBIDO A QUE?

Debido a mi pasado personal y cultural. Me explico: mis
memorias más vívidas de la niñez están relacionadas con
Yangana, ese pueblito del sur de la provincia de Loja, que se
encuentra literalmente sumergido en medio de la naturaleza.
El canto de los pájaros, el croar de los sapos en las húmedas
tardes, los grillos, el rumor lejano del río crecido, y demás
sonidos del "paisaje sonoro" de Yangana no son sino parte de
mi materia prima con la que estoy hecho.


-¿SON TAN SUSTANCIALES TUS RECUERDOS INFANTILES?

Sí. Mientras más avanzo en mi desarrollo personal,
sicológico, más estrecha la siento a esa relación que existe
entre mis primeras sensaciones como ser humano y lo que creo o
escribo ahora de adulto. Pienso que esas imágenes de la
infancia son una fuente inagotable de impulsos, sensaciones,
fantasías, neurosis, etc. que -en mi caso- tarde o temprano
son recreados (o "exorzizados") en la obra musical.

-¿ESTO LO HACES DE UNA MANERA CONSCIENTE?

Creo que desde que empecé a componer música contemporánea
siempre he recurrido a mis propias angustias, a mis propios
demonios, a mis propias nostalgias, en busca de una honesta -y
quién sabe- original manera de crear música. No creo que esto
haya sido consciente en un principio, pero creo que ahora
comienza a serlo.

¿MUSICA SICOLOGICA?

En mi obra "LOS OJOS DE MIS SUEÑOS" (1984), por ejemplo, usé
mi propio grito de desesperación -grabado en cinta- al
comienzo y al final de la pieza. Hoy veo que no hubiera sido
posible encontrar una manera más genuina de vencer esa lucha,
o de entender mejor esa etapa de mi vida (en esa época -1984-
vivía solo en París, y pasaba por un período oscuro de
insatisfacción e ira). En este caso la música no fue solo
música sino también catarsis, depuración, autoanálisis.

- ¿Y QUE DE "LA MUCHICA"?

Cuando escribí esta pieza que solo después la titulé "LA
MUCHICA" (1985), no entendí muy bien por qué acabé rindiéndome
ante ese sonido percusivo, lento y repetitivo que suena como
un latido, como una pulsación grave y amenazante, y que domina
toda una parte de la obra. Algún tiempo después, luego de
atar cabos, descubrí que ese mismo sonido (o algo parecido) ya
lo había oído yo de niño hace mucho tiempo, en mis vacaciones
de Yangana; era el sonido de la múchica, esa piedra redonda
que se usa percutiéndola contra otra piedra plana y grande
para"chancar" (triturar) carne seca, sal en grano, comino,
etc.

El aspecto amenazante que yo atribuía a esta imagen se debe a
mis innumerables pesadillas infantiles asociadas a esta
piedra. Allí, de nuevo, estaba presente Yangana en una de mis
obras.

-CUENTAME ALGO DE TUS OBRAS ESCRITAS EN NUEVA YORK

En 1986 me mudé para Nueva York, y los primeros meses fueron
un período de entusiasmo y renovación. La primera obra que
escribí allí fue "CONCIERTO PARA FLAUTA" (1986). En una parte
de esta pieza, la orquesta asciende a un bullicioso clímax,
donde todos los instrumentos tocan independientemente sonidos
cortos y repetidos y que van desapareciendo poco a poco hasta
dejar sólo los callados centelleos de los armónicos de
violines. Cuando esta pieza fue tocada en el festival de
Banff (Canadá) en 1988 hubo un crítico -Mark Morris- que habló
de "las gotas de agua de lluvia en la selva y gritos
silvestres detrás de las montañas" en un artículo publicado en
el diario local, en referencia a este pasaje de la obra.

Esto me sorprendió, pues yo nunca había mencionado tales
descripciones "extramusicales". A partir de ese momento
aprendí a reafirmarme en algo que hasta entonces era sólo una
sospecha; desde ahí me sentí con menos temor de hablar de esas
conexiones "botánicas" y sicológicas en mi música, y en
general he explicado más abiertamente mi música en términos
sicoanalíticos.

¿ENTONCES, QUE FUNCION CUMPLE LA MUSICA?

Pienso que idealmente (no creo que ocurra siempre) la obra de
arte musical hace vibrar en el espectador las fibras más
profundas de la existencia, hace que el espectador entre en
contacto con los sentimientos humanos más universales. Es por
esto que uno "siente" la música a pesar de ésta corresponder a
otras épocas o culturas. Es que estos valores humanos
universales (el "inconsciente colectivo", del que hablaba C.
G. Jung) existen, y han existido en nosotros desde hace miles
de años.

¿LA MUSICA ES UNA CONEXION UNIVERSAL?

La música es una invención humana muy antigua, y creo que
desde siempre ha cumplido esta función de "medium". Para mí
realmente es un milagro lo que ocurre cada vez que se
establece esta íntima relación entre música y sentimientos
universales. Nada puede reemplazar el éxtasis, la nostalgia,
la catarsis, el "trance" que una música puede producir en la
gente.

El músico -o compositor- pasa por un proceso similar en el
momento de crear o interpretar una música. El intérprete es
el "brujo" que ayuda a que la conexión se realice.

¿DE LAS IMAGENES INFANTILES, A LA VIBRACION CON LOS VALORES
UNIVERSALES?

Creo que uno puede ser "universal" a través de un profundo
autoconocimiento, a través de una sabia introspección que
-con disciplina, ayuda y un poco de talento- nos conduce a
encontrar lo más humano y universal que tenemos
en nosotros mismos, a encontrar al "hombre eterno" del que
hablaba Rabindranath Tagore.

EL HECHO DE VIVIR SEPARADO DE TU TIERRA, ¿HA FAVORECIDO TU
CREACION MUSICAL?

El "autoexilio" por el que he optado desde hace casi diez
años, favorece sin duda un confrontamiento interno, una
permanente meditación, y cuestionamiento entre el
hoy y el pasado, entre el aquí y el nostálgico allá, entre el
consciente y el inconsciente. La soledad y el exilio atraen a
los demonios y a las musas con gran facilidad; uno está con
menos defensas o barreras para impedir su ingreso en el alma.

Esta vulnerabilidad ante los conflictos sicológicos personales
en tales circunstancias hace tal vez la vida más complicada,
pero por otro lado, esto mismo es lo que me ha favorecido en
mi camino por encontrarme a mí mismo como artista y persona,
por encontrar al "hombre eterno"

¿Y TUS ULTIMOS LOGROS?

Estoy contento de ver que mi música comienza a ser conocida en
las especializadas arenas de la música contemporánea
internacional. En mayo del 92 aistí a Varsovia, donde fue
tocada mi "PARTITA", que fuera seleccionada por el ISCM
(Sociedad Internacional de Música Contemporánea), para el
festival mundial de la ISCM en esa ciudad. En junio del 92,
otras de mis obras fueron tocadas en el festival de Salzburgo
(Austria) y en el Centro George Pompidou de Paris, ciudad
donde firmé un contrato con la casa editora francesa Lemoine
para la publicación de mis obras de flauta.

En Diciembre pasado, mi última obra "DUO DE FLAUTA" fue
estrenada en Toronto y Montreal por dos de los más afamados
flautistas del mundo: el suizo Aurele Nicolet y el canadiense
Robert Altken. Esta última fue una de mis mejores
experiencias artísticas: creo que mi idea de la música como
"medium" entre el observador y el "hombre eterno" se realizó
allí plenamente.

fuente: DIARIO HOY, ECUADOR

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